A día de hoy, uno de los grandes problemas en muchas empresas y más concretamente de las personas que trabajan en ellas es la «departamentalizacion».
Parece que la gente trabaja en secciones estanco, totalmente impermeables y ajenas a lo que sucede fuera de sus departamentos o competencias. Y el origen no está sólo en el funcionamiento interno de la empresa sino que es un pensamiento propio de los empleados que a la larga se convierte en una actitud conformista y muy reacia a los cambios.
«Yo me centro en lo mío, lo demás no me importa o no me interesa, total de que me vale aprender algo más, si no me van a pagar por ello”
Creo que es un error que cometen muchos trabajadores y aunque hoy en día prima la especialización y ser muy bueno en algo, nunca está de más adquirir nuevos conocimientos en áreas o departamentos, de nuestra propia organización.
Hace muchos años recuerdo que la Directora de RRHH de la empresa en la que trabajé, me dijo que tenía que saber hacer de todo. La verdad es que en un primer momento me rebelé ante esa idea, pues pensaba que yo era contable y a eso me tenía que ceñir, contabilizar asientos, gestionar la tesorería y preparar los impuestos, pensaba que lo único que pretendían era cargarme de trabajo que no me correspondía.
Mi resistencia al cambio al principio estuvo ahí, molestando, pero tuve que aprender. Fui pasando por los distintos departamentos, donde me enseñaron a recepcionar los coches de los clientes, escucharlos, conocer sus problemas e inquietudes y darles una solución. También adquirí conocimientos de facturación, de trámites ante compañías de seguros, de recambios, de mecánica, etc.
Conocer de primera mano los problemas que tenían los recambistas, los receptores, los administrativos, los mecánicos o el jefe de taller era muy importante. No sólo podía ayudar a mis compañeros en el desempeño de sus funciones sino que también podía transmitirles cual era exactamente mi trabajo y de qué forma podíamos apoyarnos y ayudarnos los unos a los otros, logrando así mejorar nuestras relaciones y el clima laboral dentro de la propia empresa.
Lo que quiero decir es que todos estos nuevos conocimientos adquiridos junto con los propios de mi especialidad en administración, me ayudaron a desempeñar mi trabajo mejor y más eficientemente, y lo más importante es que me permitieron tener una visión global de la empresa.
Cuando años más tarde me quedé sin empleo y tuve que buscar uno nuevo, a la hora de hacer mi CV fui consciente de todo lo que había aprendido y la cantidad de funciones que había desempeñado, pero lo mejor de todo es que en su conjunto hacían de mi un profesional con una perspectiva distinta a la mayoría. No sólo sabía gestionar mejor los cambios sino que había mejorado mi capacidad de adaptación a estos y podía desarrollar mi trabajo mucho mejor.
Hoy trabajo en una Organización en la que desempeño distintas funciones en las que puedo desarrollar todos los conocimientos adquiridos a lo largo de estos años y aunque se pueda pensar que no estoy especializado en nada, es precisamente esa, mi gran ventaja, puedo desempeñar eficazmente muchas y diversas tareas, siendo un profesional versátil, capaz de adaptarme con facilidad y rapidez a diversas funciones. y polivalente.
En estos momentos en que los cambios se están sucediendo a gran velocidad es imprescindible conocer lo mejor posible tu entorno y ser capaz de reaccionar con celeridad.«Creo que para conseguirlo es imprescindible olvidarse de lo local y ver más allá, es muy importante tener una visión global.»
¿Tú la tienes? o sigues pensando que es mejor estar departamentalizado. ¿Qué opinas?
Carlos Morgade 